Informe/Relato: "Señales en el cielo"

Started by DeorcSawol, May 22, 2016, 20:02:01 PM

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DeorcSawol

Venga a compartir otra partida de Mordheim.
Hemos probado las reglas que os sugerí en http://advmordheim.x10host.com/index.php?topic=825.0

-Muertos Vivientes contra Skaven, con un valor de entre 250-300 puntos cada una.
-El chamán Skaven sufre por una vieja herida y no puede tomar parte del combate.
-Los jugadores conocen su Destino y la Fatalidad (véase vínculo de arriba).
-Los Skaven tienen como Destino "huida silenciosa" y como Fatalidad "¡Temblores!".
-Los Muertos Vivientes tienen como Destino "La Fama Cuesta" y "Eclipse total" como fatalidad. Los Muertos Vivientes despliegan y empiezan en primer lugar. Hay dos fragmentos de piedra bruja diseminados por el escenario.



-Esoj... Esoj...Esssscucha atento...
El siseo del chamán apenas era audible. La vieja rata se retorcía de dolor en su camastro y al asesino skaven le costaba frenar su instinto y no ahogar esos molestos gorgoteos con sus garras. Pero sabía que la fiebre del anciano pasaría y que en su delirio, tendría algo que decir. -Essscucha, Esoj, por...porque hoy... Hoy llega la hora del colmillo y la Gran Rata sssse comerá el Sol y la Tierra misma tembla...temblará de dolor. Temblará ¡¡Gritará!! ¡cof-cof!
-Y La Rata prevalecerá -susurró el asesino.
"La Gran Rata devorará el Sol y la Tierra misma temblará", volvió a repetirse para sí mismo Esoj Siul. "He de alertar al nido".





-Madre, hay que exterminar la plaga. Inmediatamente.
Danielle y Susurro estaban a solas en el frío salón del templo, rodeadas de marmol y silencio, sólo iluminadas por la ténue luz de la luna que entraban a través de la vidrieras. Danielle peinaba los cabellos de Susurro mientras con su voz dulce y suave seguía:
-Madre, has recorrido un tortuoso camino y has sacrificado mucho por proteger al templo y a tus feligreses. ¿Vas a parar ahora? Inmediatamente soltó los pelirrojos cabellos de Susurró y se calló. La cara de Susurro parecía de marfil. Una gélida muñeca de marfil en una tumba de mármol blanco.
-Tú eres mi guía y mi faro, hermana Danielle. Sí. Erradicaré la plaga.





Las bandas comienzan su avance por el tablero.








Pero entonces algo parece suceder. Las ratas empiezan a ponerse a chillar y los lobos a aullar agónicamente.



Todo se vuelve tinieblas y súbitamente se hace de noche. Y la noche ya sabéis a quién pertenece.
Susurro iba abriendo la carne de las ratas, riéndose a carcajadas por lo fácil que estaba resultando. Pero entonces ¡el cielo se oscureció y sus lobos empezaron a aullar descontrolados!. Era un mal augurio que la recordó de nuevo que quizá se había apartado de la senda de Sigmar y que éste buscaba castigarla. -¡¡Madre!! ¡¡¡¡No la veo!! ¡¡Madre!! Los acólitos lloraban desconsolados y Susurró empezó a sentir algo por primera vez desde que el martillo de Sigmar descendió sobre la ciudad. Empezaba a sentir desesperación. Y siguió haciendo lo que llevaba haciendo desde entonces: Matar a todo aquello que la rodeaba.





El sol vuelve y el paisaje es desolador para las ratas.



¡¡Pero entonces tiembla tierra y los muertos vivientes pierden el equilibrio, mientras que las ratas, parecía que ya lo sabían y aguantan en pie!!





Un necrófago, aún en pie, logra cobrarse la última vícitma que merma la manada de ratas y los muertos vivientes alcanzan la victoria.

La oscuridad remitió. Y tan pronto como el triste fulgor del sol volvió a relucir a través de las oscuras nubes que gobiernan siempre la ciudad muerta, se oyó un fuerte estruendo y todos cayeron abajo. ¿Fueron minutos? ¿segundo? Un incesante rugido y la tierra se sacudió violentamente. Las ciclópeas torres que la rodeaban empezaron a desmoronarse y cuando se quiso dar cuenta, todo era polvo y confusión. -¡¡No dejéis de luchar, hijos míos!! ¡¡¡Hay que exterminar la plaga!!! Entre el alboroto creyó oir unos siseos: "Malditasssss cossssssas sin vida.... Es demasssssiado tarde ya... El nido.... El nido...." Cuando el polvo se hubo asentado se dio la vuelta. Allí estaba su congregación, rodeándola. Danielle se adelantó unos pasos, se arrodilló ante ella y dijo:
-Lo logramos, Madre, Sigmar sigue de nuestro lado.





"Como un viento del norte soy para los higos maduros".
F. Nietszche.