En la mayoría de los casos, los berserkir aparecen sin cota de malla y protegidos sólo con pieles y escudo:
"sus hombres iban sin cota de malla y estaban rabiosos como perros o lobos (...)"
- SNORRI STÚRLUSON. "Saga de los Ynglingos", VI
"combatían sin cota de malla, como lobos rabiosos, mordían su escudo y poseían la fuerza de un oso. Mataban a sus enemigos de un golpe, pero resultaban invulnerables al fuego o al hierro. Es lo que se llama furor de los berserkir".
- Adam de Bremen, obispo de Hamburgo.
Muy pocas veces con casco: "El berserkr dijo: - Golpéame el casco.- Svipdag así lo hizo y no le causó ni un rasguño y en seguida desearon pelear".
- "Saga de Hrólf Kraki", XXII
Sólo he encontrado un caso en el que los berserkir llevasen armadura. Pero la versión de esta saga es ya de época cristiana y los berserkir, además de demonizados, eran parte ya de un lejano pasado:
"una vez que estaba sentado el rey Hálf a la mesa, se abrieron de golpe las puertas de la sala y entraron doce berserkir, todos grises por el hierro, como si se tratara de un montón de trozos de hielo".
- "Saga de Hrólf Kraki", XXXVIII.
Aparecen en las sagas con frecuencia doncellas guerreras: skjaldmær (singular) y skjaldmeyjar (plural). Un nombre propio muy recurrente para ellas es Hild/Hildr; en muchas ocasiones rechazaban las propuestas de matrimonio para poder consagrarse a la lucha. Suelen ser derrotadas por sus pretendientes o mueren en batalla. Podremos encontrarlas en el "Cantar de Harbard" (Edda Mayor), en la "Saga de Hervör" (es la protagonista), en el "Cantar de los Nibelungos" (es Brynhild o Brunilda).
También había mujeres berserkir y mujeres-lobas (vargynjur)...
"Mujeres berserkir mataba yo en Hlésey:
hacían gran mal, a la gente hechizaban [...]
Más eran lobas que mujeres
destrozaron mi barco que varado tenía
me atracaron con mazas de hierro, en fuga pusieron a Tialfi (...)"
- Edda Mayor: Cantar de Harbard, estrofas 37 y 39.